Necesitas algo de concentración,
por esa razón debes apagar tu teléfono y desconectarte del mundo, ahora piensa
en el tema que vas a desarrollar; pueden ser los infortunios del amor, las aventuras de tu infancia o de cualquier
tema que consideres interesante. Respira
hondo, no pienses en tu brillante futuro como escritor, no te imagines
los títulos de tus novelas futuras, ni siquiera dejes que pase por tu mente la
idea de que estas apunto de escribir una obra que marcara un antes y un después
en la historia de la literatura; concéntrate en el ahora, en cada palabra que
estas a punto de teclear o escribir con
tu bolígrafo, lápiz o pincel. Pon una parte de ti en todo esto, como si la
tinta, los bites, los pixeles o las hojas fueran parte de tu ser, como si
derramaras tu sangre con cada palabra; tienes que parir la literatura.
Escribe sobre ti, sobre esa gente rara que ves en la
calle, la que observas a diario; piensa que tu eres tan raro para ellos como
ellos lo son para ti, que eres tan odioso como ellos lo son; ponles nombres, al
indigente ebrio nombrarlo “Sócrates” e invéntale
una historia trágica o cómica; puede que
el bueno de Sócrates haya sido un buen esposo y un padre atento que en un trágico
accidente perdió a su esposa e hijos; o también puede que haya sido un
inversionista millonario que al perder
toda su fortuna tiene que aprender a sobrevivir en las calles mientras vive
aventuras con sus nuevos amigos los otros vagabundos.
Piensa que tienes que plasmar la humanidad
misma en tu trabajo; nada de fantasías de amor donde todos viven felices para
siempre; nada de personajes cien por ciento buenos o villanos amargados y malévolos
que más parecen hacer berrinches porque
el mundo fue injusto con ellos. Recuerda que todo tiene su luz y su sombra, por
lo menos todos lo humano.
A veces necesitas café, tabaco o
alcohol, todo depende de la moralidad o el estilo de vida del escritor; que no te engañen en este negocio no hay aspirantes a escritores todos lo somos
desde el primer momento que plasmamos nuestras primeras palabras, que te
publiquen no es algo importante recuerda que debes escribir por necesidad o por
compulsión; si quieres escribir para que
te publiquen o para vender muchos libros solo tienes que pulir tu estilo, o
contratar un buen corrector de estilo, y observar las tendencias del mercado
literario o ir a una librería y
preguntar qué es lo que se está vendiendo con mayor frecuencia. Lo mismo aplica
para el mercado musical, de las artes plásticas y todo eso que pretende
llamarse arte.
La sequía es algo que tendrás que
afrontar durante tus primeros intentos de redactar una buena historia; Las
ideas no acudirán y terminaras frustrado porque lo que querías plasmar se ha
escapado. En ese momento debes recurrir a la danza de la lluvia para que la liquides
de las letras regrese entonces escribe un par de páginas sobre tu día, sobre lo
molestos que son tus jefes del trabajo, sobre lo ingenuos que son tus
compañeros, redacta las características que tanto te gustan de él o ella, escríbete
una carta para tu yo del futuro o simplemente escribe la lista de cosas que
nunca harías; entonces, si hiciste bien la danza, las ideas fluirán como un
caudal y llegaran el mar de la creatividad; si no puedes frustrarte y acostarte a dormir lo que quede
del día.
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