miércoles, 14 de agosto de 2019

Trabaja sin sentir culpa

Nos han enseñado, en este siglo, que el trabajo duro y la autoexplotación son un camino seguro y garantizado a la estabilidad e incluso a la riqueza, por desgracia la realidad es diferente a lo que nos gustaría pues si uno quiere amasar una gran cantidad de dinero tiene que perfeccionar el arte de monetizar los sueños, necesidades y debilidades de los demás; debes crear productos y servicios que prometan, aunque no lo hagan, cumplir los sueños, satisfacer sus necesidades y, a la vez, hacerlos dependientes a tus productos usando sus debilidades .

Uno no se hace millonario siendo buena persona, uno se hace millonario siendo un explotador de las masas; un ejemplo, por decir, son los escritores o couches de autoayuda o de finanzas personales que te venden sus libro o seminarios con la promesa de obtener una mejor calidad de vida, lograr la libertad financiera o hacerte millonario; lejos de buscar tu bienestar buscan venderte sus productos, explotan tu credulidad y necesidad para que les des tu dinero, buscan hacerte adicto de su manera de pensar para tenerte como cliente frecuente de cada cosa nueva que inventen; todo lo complican y lo tiñen de misterio, para que no te des cuenta que todo es más simple de lo que parece, simple pero muy laborioso.

¿Quieres una buena vida? Disciplinate, conócete a ti mismo, ten valores y moral, cuida tu salud.
¿Quieres estabilidad financiera? Gasta menos, ahorra, invierte, consigue más fuentes de ingreso.

Nos han enseñado a romantizar la autoexplotación, desde el niño más pobre que tiene que trabajar por necesidad hasta el anciano que no ha podido dejar de trabajar porque no tiene acceso a una jubilación digna; como ellos, uno debe estar dispuesto a darlo todo por sus sueños, por los viajes, los coches, casas o fama, uno debe trabajar hasta desfallecer y estar perpetuamente motivado y optimista; y  si fracasas, dios no lo quiera, te arriesgas a perder tu dignidad humana, te conviertes en un vago, en un parásito subhumano; si fracasas es tu culpa, no importan los factores que tú no puedes controlar como la economía, la cultura o los prejuicios de la sociedad en la que vives, pues seguramente no pusiste todo tu empeño, no diste todo tu esfuerzo, no fuiste positivo ni optimista o te pusiste barreras mentales que impidieron que el universo, que quiere lo mejor para ti,  conspire a tu favor.

Y no solo tu fracaso es tu culpa, también el fracaso de nuestro progreso como especie o, mejor dicho, como industria humana; la contaminación de los mares, la deforestación, el calentamiento global, la masacre de Miles de animales en la industria cárnica, los países pobres que son usados como basureros, la aglomeración de gente en las ciudades y la violencia, todo eso es tu culpa, no de los industriales y políticos que en su ambición ciega crean las condiciones propicias para dichas atrocidades, es tu culpa porque no eres un buen trabajador, porque no tienes fe en el progreso, porque no eres lo bastante optimista; por eso primero debes cambiar tu antes de atreverte a exigir a políticos y empresarios un cambio. Es tu culpa y tú eres el que debe llevar una vida sacrificada y de penitencia para solucionarlo.

He aquí la contradicción: trabaja como esclavo, consume como si no hubiera mañana y siente culpa porque te estás acabando el mundo; la mayoría de la humanidad vive siendo explotada, consumiendo compulsivamente como adictos y llenos de culpa que los hace tener conductas nihilistas y autodestructivas; indiferentes ante el pasado y futuro de su especie.



martes, 6 de agosto de 2019

Tierra baldía

Es una tierra baldía
Tumba de todas las almas
Es una ciudad profana

Caminamos sin sentido
En busca de un progreso
Lejano, ciego y mudo

Ahí los niños perdidos,
Las mujeres enterradas
Y los viejos marginados
Son víctimas de las eras

Presentimiento


A mis veintitantos me he hartado
Veintitantos por no decir treinta
Yo con la sociedad ando sentido

Tal vez no tanto, tal vez sea mucho
Y a lo mejor ando enojado
Porque no triunfo en lo que lucho

Veo venir la tempestad de los tiempos
Puedo ver que a nadie le importa
Sin avisar llegarán los lamentos
Fin de la paz, horror y derrota

Todo esto

Estoy sin estar
En esta ciudad
Queriendo tratar 
De vivir en paz

¿es esta ciudad
Tan implacable?
No tiene piedad
Es insaciable

Ten piedad ciudad
Estoy cansado
No por la edad;
Es, todo esto…

viernes, 26 de julio de 2019

Mi compañero

Mi muerte siempre está conmigo, me sigue a todos lados, en cada momento está a mi lado izquierdo; le he dado forma y una apariencia personalizada, mi muerte es un niño pequeño  de unos 7 años, muy parecido a mi a esa edad por cierto, bastante pálido, de ojos negros y cabellera del mismo color; mi muerte viste un traje infantil  con su saco, pantalón, camisa blanca y moño negro en la garganta, también carga en los brazos un ramo de cempasúchil fresco y aromático; mi pequeña muerte lleva pintada su cara al estilo de las calaveras de azúcar de día de muertos, en su frente está escrito mi nombre.

Cuando estoy alegre, ahí está mi muerte.
Cuando estoy eufórico, ahí se encuentra también.
Cuando estoy frustrado y enojado, ahí está mirándome.
Cuando estoy triste, va junto a mi cargando su ramo.

No puedo negociar con mi muerte, mucho menos pedirle favores o prórrogas, está ahí y punto, un día me tomara de la mano y me pasará el ramo, ese día sabré que es mi turno de dejar este lugar;  aún así su constante presencia es  recomendación y  aviso de que me vaya bien o me vaya mal tarde o temprano me va a alcanzar.

Mi muerte también me aconseja pues cuando triunfo, me siento eufórico o empiezo a ser arrogante y hasta prepotente basta con mirar a mi izquierda y verla a mi lado, con su ramo de cempasúchil, serena, con su apariencia infantil que me recuerda mis años perdidos; no dice palabra alguna pero el aroma de sus flores lleva las palabras que sus labios no pronuncian "no te confíes, quizá hoy sea el día y esto, que tanto gozas, quede en nada"

También pasa cuando estoy furioso, triste, invadido por la melancolía  o derrotado; volteó a la izquierda, mi muerte me mira y levanta una ceja, sus flores llevan sus palabras en su aroma y a través de mi olfato llegan sus pensamientos a mi mente "puede que todo vaya mal, o que creas que esto no tiene sentido, pero Aún no es el día, aún no estás muerto, quizá al rato, quizá mañana o en algunos años, sigue adelante mientras tanto".

Caminando por la calle, recostado en casa, trabajando, cuando salgo de fiesta, llevo a mi muerte como compañero de viaje  y consejero, cuando algo me acongoja volteo a la izquierda y la miró, como recordatorio de que podría haber muchos días por delante o quizá ninguno; sonrió, sigo adelante.

domingo, 21 de julio de 2019

El rebaño


Cada vez eran más, cada que un compañero era despedido o renunciaba al no aguantar el ritmo de trabajo su puesto era ocupado por uno de ellos; esbeltos, pálidos, de cabellos negros y ojos que apenas parecían tener la chispa de la vida, todos idénticos, igual peinado, igual forma de la cara, igual altura, igual complexión e igual uniforme; sí, parecían tan humanos como ella pero todos los que quedaban en la empresa se daban cuenta que no lo eran, su manera de actuar, de expresarse, de comer y hasta de pensar, totalmente enfocados en su tarea, no había nada más allá para ellos, no le dirigían la palabra a nadie excepto para tocar temas competentes al trabajo. Laura y, ella estaba segura, sus compañeros los detestaban.

Ella y sus compañeros cubrían un turno de doce horas con un descanso de una hora para la comida en su jornada laboral en la planta; su sección se dedicaba a capturar y procesar información para bases de datos de diversos clientes, había 25 puestos de trabajo en la sección de captura y procesamiento de datos de los cuales 5 eran ocupados por miembros de la plantilla original y 20 por los humanos artificiales que se habían ido integrando  con el paso de los años. El grupo de Laura los llamaba "el rebaño".

Los miembros del rebaño eran más eficientes, atentos y comprometidos con el trabajo que cualquiera de los compañeros de Laura, incluso eran más diligentes que ella misma, cuando los 5 llegaban a las 7 de la mañana el rebaño ya estaba ahí, tecleando y trabajando afanosamente, cuando era la hora del almuerzo el rebaño comía en una mesa aparte, comían rápido, cuando a los trabajadores originales les permitían tomar un par de horas de comida el rebaño comía en media hora e iban al baño en ese lapso para después regresar a la oficina a continuar capturando datos con su habitual eficiencia; cuando Laura y los otros cuatro se retiraban de sus puestos el rebaño se quedaba, una vez un tipo llamado Es se quedó hasta que los del rebaño se fueron, estuvieron tecleando hasta las cuatro de la mañana. Es se obsesiono con competir con el rebaño, trato de seguir su ritmo un par de semanas hasta que, debido al estrés, se terminó colgando en su habitación. Los cinco restantes sabían que no podían competir con esos humanos artificiales, estaban diseñados para ser mejores que ellos en ese trabajo específico y eventualmente los remplazarian a todos.

Una vez Laura se quedó rezagada a la hora del almuerzo con la excusa de que había olvidado algo, su intención fue hacerle unas preguntas a uno de los del rebaño
-H-24-pregunto a uno de los humanos artificiales, el cual dejó de teclear y la miró con sus ojos con apenas brillo.
-si señorita Laura- dijo con cortesía
-quiero preguntarte una cosa-
-estoy por terminar los reportes y la estadística señorita, si eso es lo que la preocupa, según yo, no estoy atrasado- 
-lo se, ustedes nunca se atrasan-a  Laura  le pareció ver una chispa de orgullo en los ojos de el.
-entonces dígame señorita-la apremió humano artificial
-¿Cuántas horas duermen al día?- la hace tiempo que se lo preguntaba.
-Dos horas señorita-la miró como desconcertado- dígame, ¿esto que tiene que ver con el trabajo?
-ah, nada, era una duda personal- dijo ella sonriente y añadio- solo dos horas eh, si que están bien diseñados
-disculpe señorita Laura,¿Puedo preguntarle algo?
-si h-24-Laura se moría de curiosidad
-¿Quién los diseñó? ¿por qué son tan ineficientes?
-nadie, nosotros somos así, evolucionamos supongo- comentó Laura- es decir antes había animales parecidos a los humanos y con el pasar de las generaciones si descendencia se convirtió en nuestra especie; ¿No sé si lo entiendas?
-mmm, lo entiendo, es como una actualización, ustedes son la versión actualizada de los antiguos seres parecidos a humanos, mmm y nosotros somos la actualización de ustedes- h24 dió un respingo de alegría como lo hace alguien que a hecho un gran descubrimiento
-ahh- Laura se quedó boquiabierta
- volveré a trabajar si no le molesta
-no te preocupes, igual ya me iba, gracias por la charla, supongo
-si, señorita, muchas gracias

Laura casi corrió al comedor, cuando llegó se sirvió mucha comida y se apresuró a devorarla con ansiedad. 
-¿qué tienes Laura?- preguntó John
Ella lo miró, llena de miedo y dijo
-ellos son el futuro, nosotros no podemos competir

Un momento después el rebaño entró al comedor, tan silenciosos, tan ordenados, tan fríos e inhumanos, Laura sabía que los altos mandos tarde o temprano iban a reemplazar a todos por esas cosas. Ella lo sabía y el rebaño también.

De los Ángeles caídos


Ya hacé tiempo rotos
Atrapados, con sus alas cortadas
Sólo por tiempos cortos
Las glorias pasadas
Llegan a sus mentes oxidadas

Sus mentes revolcadas,
Pérdidas, hinchadas por odios viejos
Con sus alas cortadas
Tristes y aun perplejos
Derrotados, quedaron en pellejos

Desolados, atados
El abismo rugiente les sonríe
Al fuego destinados
Hasta que se enfríe
Ahí nos esperan, pronto llegaremos

Trabaja sin sentir culpa

Nos han enseñado, en este siglo, que el trabajo duro y la autoexplotación son un camino seguro y garantizado a la estabilidad e incluso a l...